Por Carlos Paredes Hernández

Joaquín Capelo nació en Lima en 1852 y falleció en París en 1928. Formado como ingeniero en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, obtuvo la licenciatura en 1870 y se graduó como doctor en 1872; posteriormente, se tituló como Ingeniero Civil en 1876. En paralelo ejerció como docente de Álgebra desde 1871 (Tauro, 2001, t. IV, p. 501). Para estos años, además de su labor en la educación, estuvo involucrado en la construcción de obras en el país, como por ejemplo la fortificación de Lima ante la inminente invasión chilena durante la guerra (1880), para luego ser nombrado como inspector del fuerte de la Regla en el Callao (Paz Soldán, 1917, p. 106).

Fue elegido como Diputado suplente del Congreso Constituyente en 1884, incorporándose a las sesiones de forma titular al año siguiente (Benvenutto, 1921, p. 51). En ese sentido, formó parte del Congreso que aprobó el Tratado de Ancón. Asimismo, entre 1901 y 1919 fue elegido Senador por Junín por el Partido Demócrata (Tauro, 2001, t. IV, p. 501). Cabe precisar que, desde el gobierno de Eduardo López de Romaña hasta el derrocamiento de Guillermo Billinghurst, Capelo fue un destacable líder de la minoría opositora demócrata (Benvenutto, 1921, p. 51). Neptalí Benvenutto (1921) lo describe como un ejemplo de parlamentario de oposición: lo señala como “casi sistemático, intransigente, de verbo cálido y dialéctica arrolladora, terrible para la réplica, invencible en el ataque, respetado y tal vez temido por sus adversarios en la Tribuna” (p. 53). También se ha destacado su posición como cruel adversario de los civilistas y como uno de los hombres que contribuyó en la formación del prestigio político que llevó a Augusto B. Leguía a la presidencia de la República en 1908. Esto último se debió a los fuertes debates ocurridos entre Capelo y Leguía, quien en ese entonces ejercía como ministro de Hacienda del gobierno de José Pardo y Barreda (Benvenutto, 1921, p. 53).

Como parlamentario estuvo a favor de los intereses de indemnización de las tierras de Cerro de Pasco dañadas por la minería (los asientos de Smelter y de Goyllarizquiga), la supresión del enganche y el retiro de las fichas que se usaban como pago; asimismo, exigió el pago de indemnizaciones para dichos trabajadores (Basadre, 1981, pp. 22-23.). También contribuyó a la aprobación de la ley de “Accidentes del Trabajo” de 1911, amparando a la clase obrera de la opresión capitalista (Paz Soldán, 1917, p. 107.). Es por ello que algunos lo llegaron a calificar como de ideología socialista (Benvenutto, 1921, p. 53.).

Ocupó la jefatura de Obras Públicas del Ministerio de Gobierno (1883) dedicándose a las obras del periodo de la Reconstrucción Nacional. Entre ellos la construcción de caminos de Chanchamayo y Pichis entre 1889 y 1895. Al organizarse el Ministerio de Fomento, Capelo asumió el cargo de Director de Fomento en 1896, enfocándose en la organización y planificación de las labores del ramo, enfatizando sus planes viales (Tauro, 2001, t. IV, p. 501). En 1914 fue Ministro de Fomento sin lograr alguna obra destacable. Posteriormente ocupó la Dirección del Cuerpo de Ingenieros de Caminos (Basadre, 1981, pp. 22-23).

Fue nombrado Comisionado Especial en el departamento de Loreto en 1899, para lo cual emprendió su viaje transitando por la recientemente inaugurada vía del Pichis. En 1900 se desempeñó temporalmente como Prefecto del departamento de Loreto (Tauro, 2001, t. IV, p. 501). Así, formó parte del grupo de ingenieros que tuvo un papel fundamental en los proyectos de asimilación y transformación de la selva peruana en el siglo XIX (Sala i Vila, 2006). Para más información sobre su experiencia en Loreto se puede consultar el texto de Ana Esther Laya Alcedo (2020).

En 1870 Capelo había participado en la fundación de la Sociedad de Amantes del Saber, en donde se le asignó la responsabilidad de las clases nocturnas a ingenieros y artesanos en la Escuela de Artesanos, además de encargarse de la biblioteca institucional y de la publicación de El Siglo. Mediante la Sociedad, instauró cursos de Mecánica Racional, Hidráulica, Resistencia de Materiales, Cálculo Infinitesimal, entre otros (Peru To-Day, Lima, vol. 6, nro. 2, jun. 1914, p. 54; Rodríguez, 2011, p. 9). Luego, en 1909 fundó junto a Pedro Zulen y Dora Mayer la Asociación Pro-Indígena, donde colaboró por muchos años, reforzando la imagen que tenía como un filántropo sincero. Cabe mencionar que en el tiempo que se desempeñó como comisionado del camino al Pichis, fue acusado de oprimir a los operarios. También es resaltable su labor en la prensa local (Basadre, 1981, pp. 22-23). Para una biografía más extensa y completa se puede consultar el texto elaborado por Katya Rodríguez Valencia (2011, p. 9).

A la par de todas sus actividades políticas, Capelo también se dedicó a la sociología y filosofía, siendo un reconocido exponente del positivismo peruano. Su interés por estos temas estuvo vinculado principalmente a los problemas educativos y sociológicos del Perú (Salazar Bondy, 1965, p. 89). Además, dentro de sus trabajos buscó establecer la existencia de determinadas relaciones o «leyes biológicas» en la sociedad (Tauro, 2001, t. IV, p. 501). Una exploración sobre la biografía intelectual de Capelo y su evolución en el tiempo ha sido realizado por Nadia Milushka López Soncco (2015). Respecto al análisis de su filosofía se puede consultar el texto de Augusto Salazar Bondy (1965, pp. 91-93).

Benvenutto señaló que Capelo tuvo como problema principal el ser derrotista. Es por ello que le asigna a Capelo la autoría de la frase de “La fuerza del Perú está en su debilidad”, la que originalmente se atribuyó a Nicolás de Piérola. Asimismo, este autor señaló que Capelo dio varias muestras de querer evitar conflictos. Resaltó, por ejemplo, la entrega de tierras en la Paz de Ancón o que haya combatido la adquisición de armas militares por parte del Perú (Benvenutto, 1921, p. 54).

Respecto a su filosofía, Salazar Bondy realizó un análisis detallado sobre aspectos de su obra. Entendió que Capelo consideró la filosofía como «[…] el motor del ascenso de la humanidad, la instancia rectora de la civilización” (Salazar Bondy, 1965, p. 92), por lo que dicho ingeniero asumió una función de mediador de la verdad entre los falsos del materialismo, como una forma válida y eficaz de conocimiento. En ese sentido, su filosofía se encuadra en la doctrina evolucionista o positivismo spenceriano, concibiendo la filosofía como ciencia de lo incognoscible y dadora de leyes universales (Salazar Bondy, 1965, pp. 91-92). Salazar Bondy no solo reconoce la influencia de Herbert Spencer en Capelo sino también la de Charles Darwin, siendo estos dos intelectuales las bases de los supuestos de su concepción del universo (Salazar Bondy, 1965, p. 93). Richard M. Morse (1973, p. 12; 1978, p. 223) también aboga por la influencia spenceriana sobre su visión de las sociedades como organismos, como una “vida super-orgánica”, además de la influencia de Arthur Shopenhauer respecto a su idealismo.

A pesar de lo poco estudiado de la producción bibliográfica de Capelo, Morse (1973, p. 32), sostiene que es posible establecer escasas referencias a Immanuel Kant, Schopenhauer y Spencer. Sin embargo, pronto reconoce que es posible que las propuestas o perspectivas de Capelo estén más relacionadas a su contexto antes que a influencias intelectuales. En ese sentido, Morse sostiene que las posiciones de Capelo eran abiertamente modernas, tomando posiciones políticas vinculadas a la lucha de las clases bajas y basadas en su experiencia directa en la ciudad, lo que fue moldeando su concepción sobre la sociedad limeña. Se ve en su obra una confianza en las clases medias, lo que es propio del periodo industrial, pero además está mediado por la visión organicista. Esta última visión plantea que las clases bajas y altas presionarán tanto a las clases medias hasta lograr un equilibrio social. Asimismo, a decir de Morse (1973, pp. 13-14), esta visión se asemeja más a una ética tradicional antes que un estudio desde las ciencias positivista.

Un ejemplo de ello es la publicación de La vía central del Perú (1895), la cual incluye información sobre los beneficios de la obra en mención. Además de la publicación de memorias, informes y planos referidos a los trabajos que había realizado (Paz Soldán, 1917, p. 106). En ese sentido, Laya (2021) señala que su percepción sobre la región amazónica procede de su experiencia como ingeniero civil, la racionalidad moderna, las perspectiva de la modernización y el progreso concebidos en relación al aprovechamiento de las riquezas naturales. Mientras que Morse sostiene que:

Su visión orgánica de la ciudad (física, social, espiritual) debía ser más a la tradición hispano-católica que al biologismo del siglo diecinueve. El vigor y la consistencia de su estudio parecen brotar de su amplia experiencia en la vida pública como ingeniero, administrador y legislador, su conocimiento profesional de las necesidades de la modernización y su íntima familiaridad con las resistencias locales a las transformaciones con las limitaciones culturales al cambio (Morse, 1973, p. 32).

Más allá de ello, Morse sostiene la existencia de posibles correspondencias o paralelismos entre la Sociología de Lima y Division du travail social (1893) de Emile Durkheim. Esto no significa necesariamente que existió una lectura mutua o una influencia directa, sino que existieron paralelismos o similitudes en su interés sobre el cambio y la integración de sociedades de tradición católica. Entre estas correspondencias se encuentran que: ambos conciben la sociedad urbana a partir de la división del trabajo; ambos pusieron prioridad en los fundamentos morales de la sociedad; poseen ambos una visión del corporativismo gremial como solución al problema del Estado; y ambos poseen una visión de anomias y patologías en la división social del trabajo (Morse, 1973, pp. 32-34).

Impresos:

  • El origen y formación de los cuerpos que pueblan la bóveda celeste (1870)
  • Las relaciones de los vegetales (1872)
  • Curso de Álgebra Superior (1875)
  • Tratado de Álgebra elemental (1878)
  • Estudios definitivos del camino de Chanchamayo (1890)
  • Memoria sobre los estudios definitivos del camino del Pichis, presentada a la Dirección de Obras Públicas (1893)
  • Memoria sobre el camino del Pichis en el año 1892, presentada a la Dirección de Obras Públicas (1893)
  • Coordenadas de todos los puntos notables del camino central del Perú (1895)
  • Primeras nociones de álgebra elemental (1895)
  • Memoria  sobre el camino de Chanchamayo presentada a la Dirección de obras públicas, por el ingeniero inspector del camino 1893 (1899)
  • Registro Oficial del departamento de Loreto. Administración del comisionado especial del Supremo Gobierno (1900)
  • El Comercio de Loreto: Representación del comercio de Loreto sobre las tarifas de carga, descarga y muellaje (1900)
  • El departamento de Loreto (1900)
  • División del departamento de Loreto (1904)
  • Capelo, J. (1912). Los Menguados. Lima: Madrid: Librería de Fernando Fé.
  • Instrucciones generales sobre los caminos, expedidos por la dirección del ramo (1917)
  • Del Conocimiento (1923)

Publicaciones Periódicas:

Correspondencia:

  • La Biblioteca Nacional del Perú ofrece acceso digital a más de doscientas cartas entre J. Capelo y diversas personalidades de la época, las cuales contienen abundante información sobre la Asociación Pro-Indígena. Puede ser consultado a través de la BNP Digital.

Referencias bibliográficas:

Basadre, Jorge (1981). Peruanos del siglo 20. Lima: Ediciones Rikchay Perú.

Benvenutto, Neptalí (1921). Parlamentarios del Perú Contemporáneo, 1904-1921. Lima: Imprenta Malatesta-Rivas Berrio.

Capelo, Joaquín (1973). Lima en 1900. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.

Celerant, Barbara (2015). Sociología de Lima by Joaquín Capelo. American Journal of Sociology, 121(2), 662-673.

Laya Alcedo, Ana E. (2020). Joaquín Capelo: Comisionado Especial del Supremo Gobierno y Prefecto en el Departamento de Loreto (1899-1900). ISHRA, Revista del Instituto Seminario de Historia Rural Andina, (4), 23-34.

Laya Alcedo, Ana E. (2021). La riqueza de los bosques» del ingeniero Joaquín Capelo (1892). Grupo de Trabajo de Historia del Siglo XX.

López Soncco, Nadia Milushka (2015). Pedro Zulen y Joaquín Capelo: Una Amistad Pro-Indígena. Pacarina del Sur, 7(25), 494-521.

Morse, Richard M. (1973). La Lima de Joaquín Capelo: un arquetipo latinoamericano. En: Capelo, Joaquín, Lima en 1900 (pp. 11-45). Lima: Instituto de Estudios Peruanos.

Morse, Richard M. (1978). Latin American Intellectuals and the City, 1860-1940. Journal of Latin American Studies, 10(2), 219-238.

Paz Soldán, Juan Pedro (1917). Diccionario biográfico de peruanos contemporáneos. Lima: Librería e Imprenta Gil.

Pease, Franklin (1993). Perú: Hombre e historia. Vol. 3: La República. Lima: Edubanco.

Peru To-Day (1914). The Ministry. Peru To-Day, 6(2), 51-55.

Rodríguez Valencia, Katya (2011). Joaquín Capelo. La obra de un ingeniero, sociólogo y luchador social. s.l.: s.e.

Sala i Vila, Núria (2006). Ingenieros y colonización amazónica en el Perú, 1821-1930. Anuario IEHS, (21), 441-466.

Salazar Bondy, Augusto (1965). Historia de las ideas en el Perú contemporáneo. Lima: Francisco Moncloa Editores.

Tauro del Pino, Alberto (2001). Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tomo 4. 3ra ed. Lima: PEISA.

Créditos: Google Books, Fundación BBVA, Grupo de Trabajo de Historia del Siglo XX, Academia.edu., Anuario IEHS, Cambridge Core, Biblioteca Nacional de España, Harvard Library, Biblioteca Nacional del Perú.

Agradecimientos: Ana Laya Alcedo