La presencia de las mujeres en la historia de la medicina peruana ha estado estrechamente ligada a su acceso a la educación. Sin embargo, este no debe ser el único factor a considerar, especialmente cuando ellas fueron excluidas de las universidades por largo tiempo. En contraste, muchas mujeres ejercieron labores médicas sin un título hasta el siglo XIX. Hay casos documentados de curanderas como Catalina Castañeda en 1551, la liberteña Dorotea Salguero, acusada de atender enfermos con hierbas en 1830, o la arequipeña Justa Retamozo, quien en 1864 publicó un folleto afirmando curar la locura (Pamo, 2011, p. 114).

Las mujeres desempeñaron roles en la atención a los enfermos, la curandería y el matronaje, consideradas labores femeninas y frecuentemente relacionadas con órdenes religiosas. Esto podría explicar por qué las primeras profesiones médicas con presencia femenina fueron Enfermería, Obstetricia y Farmacia. No obstante, esto tambièn se debe a que, junto con Odontología, estas eran consideradas carreras de menor categoría y exigìan pocos requisitos para matricularse (Valladares, 2012, p. 113; Pamo-Reyna, 2011, p. 114). En el caso de la Obstetricia, esta fue fundada en el Perú por la francesa Benita Paulina de Cadeau, quien llegó a Lima en 1826 para crear la Maternidad de Lima y un Colegio de Partos adjunto, que comenzó a graduar parteras desde 1833. Mientras que la Escuela de Enfermería fue fundada en 1915 por la estadounidense Maud E. Carner. En 1918, egresó su primera promoción, compuesta por 13 mujeres y 11 hombres (Musayón y Salazar, 2015, p. 18; Zárate, 1992, p. 51).

Las mujeres no pudieron estudiar en universidades hasta que en 1908 se promulgó la Ley No. 801 «Opción de grados académicos por las mujeres». Sin embargo, antes de ello varias habían promovido la educación femenina y logrado insertarse en las universidades. La primera de ellas fue Trinidad María Enríquez que en 1875 ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Cusco. En el caso de las distintas profesiones médicas, Ana Seminario Ríos fue la primera que obtuvo su diploma como cirujana dentista en 1889, profesión que había aprendido en la práctica junto a su esposo, el dentista estadounidense David Mac Sorley. Mientras que Laura Esther Rodríguez Dulanto fue la primera mujer en matricularse en la carrera de Medicina en 1894 y graduarse en 1900. No obstante, estas fueron excepciones y generalmente requerían el acompañamiento de un hombre. Por ejemplo, Rodríguez Dulanto fue obligada a asistir a clases con su hermano (Valladares, 2012, p. 118).

A partir de la promulgación de la ley, a inicios del siglo XX, las mujeres comenzaron a estudiar en las cuatro carreras de la Facultad de San Fernando: Medicina, Farmacia, Odontología y Obstetricia. La Medicina fue la más dominada por hombres, y la incursión femenina fue más lenta en esta área. Después de Rodríguez Dulanto en 1900, le siguieron María Mercedes Cisneros en 1928, Imelda Lindo de Soriano en 1943 y Susi Roedenbeck en 1945. Por el contrario, las mujeres ingresaron primero a Obstetricia y Farmacia. Algunas de las mujeres que estudiaron en esos años y conocemos sus nombres, son: Cristina Patrón, Catalina González, Beatriz Carbajal, Hortensia Hermoza, Trinidad Lozano, Alicia Montenegro P. y Alcira Pinto (Pamo, 2011, p. 115; Odriozola, 1917, p. 50). Según el Censo de la República de 1940, en el Perú solo existían 327 médicos, de los cuales 47 eran mujeres. Esta situación comenzó a cambiar en las siguientes décadas. Actualmente, las mujeres representan el 56.92% de los profesionales médicos en el país, según el Colegio Médico del Perú (2024).

Es por eso que esta sección reconoce a las pioneras de la medicina peruana y destaca sus contribuciones a la ciencia. Ya en una época temprana, Elvira García y García (1925) elaboró breves biografías de 5 médicas, 56 farmacéuticas y 16 odontólogas. Conocemos también la relevancia de María Luisa Porras, quien recibió el Premio de Obstetricia en 1895; Ladis del Pino Soto, la primera mujer radióloga peruana, egresada en 1954; y Vilma Olinda Párraga Sarmiento, la primera veterinaria graduada en 1956 con la tesis «Aspectos histológicos del aparato digestivo del Coracips atratus (Gallinazo)». 

A continuación, presentamos las bio-bibliografías de médicas peruanas disponibles en Fuentes Históricas del Perú:

Referencias bibliográficas:

Colegio Médico del Perú (2024). Mujeres médicas representan el 56.92% de los profesionales médicos en el país. Colegio Médico del Perú.

García y García, E. (1925). La mujer peruana a través de los siglos. v. 2. Lima: Imprenta americana.

Musayón Oblitas, Y. y Salazar García, M. del C. (2015). Cien años formando enfermeras en el Perú. Acta Herediana, 56, 17-25.

Pamo-Reyna, O. (2007). Una visión histórica de la participación femenina en la profesión médicaRevista de la Sociedad Peruana de Medicina Interna20(3), 109-122.

Quiroz, L. (2012). De la comadrona a la obstetriz. Nacimiento y apogeo de la profesión de partera titulada en el Perú del siglo XIX. Dynamis, 32(2), 415-437.

Valladares, O. (2012). La incursión de las mujeres a los estudios universitarios en el Perú: 1875-1908. Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrija, 15(1), 105-123.

Zárate León, M. (1992). Historia de la Enfermería Peruana. Horizonte de Enfermería, 3,(2), 51-58.


Créditos: Northwestern University; University of California-Los Angeles; Ohio State University; Universidad Nacional Mayor de San Marcos; Congreso de la República; Biblioteca Nacional del Perú; Google; Internet Archive; FamilySearch; US National Library of Medicine; The British Library; Harvard University.

Elaborador: Paredes Hernández, Carlos

Fecha de publicación: 01/JUL/2024

Última actualización: 01/JUL/2024